sábado, 24 de octubre de 2015

Una comparación interesante entre mujeres de colegio mixto y colegio segregado


En el año 2011, como parte de un curso de investigación cualitativa, la Universidad de Lima nos asignó a cuatro compañeras (Crespo, Miro Quesada, Schroth y Vinces) y a mí la tarea de realizar una investigación sencilla sobre algún tema de nuestro interés.


Luego de diversas conversaciones, acabamos definiendo nuestro tema a investigar. En nuestra experiencia en un ambiente universitario en el que personas de distintos colegios con distintas formas de pensar se encontraban, teníamos la impresión de que las mujeres que habían estado en colegios segregados (o sea, de un sólo género) tenían maneras distintas de pensar y comportarse que aquellas que provenían de colegios mixtos. No teníamos completamente definido en qué aspectos exactamente radicaban estas diferencias, pero intuíamos que existía cierta inflexibilidad en torno a temas relacionados a la sexualidad y la religión. Después de todo, la tolerancia es una forma de comunicación y convivencia (Villoro, 1998) y sin estas dos últimas, no hay cómo aprender y ejercitar la primera. 

Basándonos en lo antedicho, sospechábamos que mientras menos normal sea para las chicas el interactuar con hombres, más diferencias inaceptables tenderán a percibir en ellos. El caso inverso también podría darse, pero no fue materia de nuestro estudio.

Por ello, decidimos realizar un pequeño estudio exploratorio para indagar las diferencias entre las representaciones sobre los roles de género en mujeres adolescentes de un colegio religioso mixto y otro segregado. Nuestro objetivo era conocer posibles efectos psicológicos de separar hombres de mujeres durante procesos fundamentales de su formación como individuos, desde la niñez hasta la adultez temprana.

De una población de colegios religiosos de Lima Metropolitana con pensiones entre los 4500 y 6500 dólares americanos anuales, se eligió de manera aleatoria uno mixto y otro segregado (de mujeres). Realizamos dos grupos focales con 10 mujeres entre los 16 y 17 años de edad, cursando el quinto grado de educación secundaria, 6 pertenecientes a un colegio religioso mixto y 4 a uno segregado.


En otras palabras: Escogimos ciertos temas como los roles de género, las funciones de la pareja y la sexualidad y comparamos las opiniones de chicas cursando el quinto de secundaria en colegios religiosos “pitucos” (argot peruano para "exclusivos") de Lima (cuyos nombres nos comprometimos a no revelar), con la diferencia de que uno era solo de mujeres y el otro era mixto. Los resultados superaron nuestras expectativas. 

Comparto algunas de las tablas comparativas para dar una idea.

De arranque, en la tabla 1, observamos una mayor sumisión a la autoridad religiosa en las chicas del colegio segregado.

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La tabla 2 muestra que ambos grupos tienen una percepción de los hombres como menos maduros que ellas, pero las chicas del colegio segregado mostraron tendencias a percibir a los hombres como más agresivos y amenazantes.

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Los resultados en la tabla 3 guardan coherencia con los de la anterior, ya que las mujeres del colegio segregado parecen preferir evitar juntarse con hombres, salvo que éstos cumplan una determinada cantidad de requisitos y restricciones en su manera de comportarse.

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Esta siguiente tabla muestra una diferencia esperable: la experiencia sentimental con hombres por parte de las chicas del colegio segregado es bastante reducida en comparación con las del colegio mixto. Adicionalmente, el motivo principal por el que las chicas del colegio segregado terminaban una relación tendía a ser intentos de su pareja de querer sostener relaciones sexuales con ellas.

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Ello nos lleva a la tabla 5. Para el grupo de chicas del colegio segregado, el sexo tendía más a ser motivo de vergüenza y repulsión. Algo que para ellas, no solo es exclusivo del matrimonio, sino que tenerlo fuera de éste es un claro reflejo de problemas emocionales y falta de respeto a ellas mismas.

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Los resultados de nuestro estudio exploratorio no pueden generalizarse más allá de nuestra muestra, pero dieron indicios de posibles diferencias importantes que podrían, también, darse en otros colegios de características similares. Parece que puede haber alguna información interesante por descubrir, por lo que, quizás, valdría la pena realizar más investigaciones al respecto. Si, incluso, se confirmasen estos resultados como aplicables a la mayoría de colegios, no habría razón para asumir que las actitudes mostradas no tiendan a flexibilizarse una vez que las chicas terminen el colegio.

Como dato curioso cabe citar el estudio de Darrel Ray realizado en 2011 y publicado al año siguiente. Ray trabajó con grupos de personas religiosas y no religiosas e hizo preguntas como:

Cuando empezaste a masturbarte.
Cuando empezaste a tener sexo oral.
Cuando empezaste a hacer petting.
Cuando empezaste a tener relaciones sexuales.

Al comparar las respuestas de aquellas personas que fueron criadas en ambientes religiosos con aquellas que no, encontró que, prácticamente, no había diferencia alguna (94.1 en religiosos y 96.1 en no religiosos).

Sí encontró, no obstante, diferencia en el uso de la pornografía. Mientras más mayores se iban tornando las personas religiosas, más parecían tender a tener fantasías sexuales intrusivas. Su uso de la pornografía superaba el de las personas no religiosas por entre 5 y 10%.

La principal diferencia, sin embargo, era el factor culpa. Los religiosos experimentaban culpa por la masturbación y el sexo que, inevitablemente, tenían. La conclusión de Ray se resume en su siguiente cita: "Seas religioso o no, la biología sucede".

Sería, finalmente, interesante comparar la tasa de embarazos no deseados en ambos grupos, ya que investigaciones en Latinoamérica demuestran que prohibir el sexo y llevarlo a la categoría de tabú no influye en la abstinencia, sino más bien en el sexo sin protección (Rodríguez, 2001).


Referencias:

Ray, D. (2012). Sex and God: How Religion Distorts Sexuality. IPC Press: Estados Unidos.

Rodríguez, G. (2001). Planeando tu vida: programa de educación sexual y para la vida dirigido a los adolescentes: manual para el instructor. Planeta: México.

Villoro, L. (1998). El poder y el valor. Fundamentos de una ética política. Fondo de Cultura Económica- El Colegio Nacional: México.

2 comentarios:

  1. Muy interesante post. ¿Por qué segregar a hombres de mujeres en colegios si el mundo de afuera del colegio que les espera es mixto? Sería interesante un post que compare el comportamiento y maneras de pensar entre hombres de colegios mixtos y hombres de colegios de varones.

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    1. Es cierto. A lo mejor podría animarme a hacer una investigación pequeña como la que mis colegas y yo hicimos para este caso.

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