domingo, 17 de julio de 2016

Tres adjetivos tomados de la literatura que puedes incorporar a tu vocabulario

Saludos. ¿Tienen tres minutos para aprender tres palabras nuevas? Se trata de adjetivos que, en muchos casos, se utilizan para describir géneros literarios, pero que, por su contenido particular, pueden emplearse, también, para referirse a ciertas situaciones de la vida moderna.

Si bien la literatura sobre estos temas es extensa, no es conveniente abrumar al lector con más recomendaciones de las que tenga tiempo de revisar, así que me limitaré a señalar un libro por autor mencionado, en caso de que quien lea esta publicación desee profundizar un poco más en las temáticas relacionadas a cada palabra.


Kafkiano:

El adjetivo fue acuñado en honor a la obra de Franz Kafka (1883-1924) y su significado esboza la siguiente idea:

El sistema social se mecaniza y automatiza tanto que las personas se ven atrapadas en una maquinaria burocrática que los trata como piezas sin valor humano. Las obligaciones sociales se viven como una servidumbre ineludible que alimenta a la máquinaria social, pero no a sus individuos. Esta maquinaria carece de los medios internos para resolver los problemas que crea y su función última es la de perpetuarse en el tiempo. Las personas se sienten constantemente juzgadas por un sistema de reglas que no entienden, pero, al mismo tiempo, reproducen. El verdadero enemigo, no obstante, no es el sistema, sino las personas que lo imaginan como la única realidad posible. Las personas son prisioneras de su miedo al cambio y obsesión con el dinero, trabajo y prestigio. Ideas centrales: la falta de sentido, la circularidad, la instrumentalización de las personas y escenarios innecesariamente complicados y frustrantes.

Una forma de resistir a este escenario es adquirir conciencia de la artificialidad de esos problemas. No son situaciones inherentes a la naturaleza, sino a la burocracia humana que puede ser cambiada o, en última instancia, ignorada.

Libro de Kafka recomendado: "El proceso" (¿Pensaste que diría "La metamorfosis" verdad?)

I
II
III

Huxleyano:

El adjetivo fue acuñado en honor a la obra de Aldous Huxley (1894-1963) y su significado esboza la siguiente idea:

La población general recibe una educación que la limita mentalmente en su comprensión de la realidad y, al mismo tiempo, se le facilita el acceso ilimitado a placer, drogas y entretenimiento que la mantiene distraída de los asuntos de interés público. No hay necesidad de prohibir los libros ni el arte, porque estos, en principio, no le interesan a la masa. Ideas centrales: la soledad al pensar por uno mismo, el condicionamiento social y el placer como escape a los problemas.

Una manera de resistir a este escenario es la búsqueda individual de conocimiento y desarrollo. Seguir educándose por uno mismo, en lugar de quedarse con la educación estándar ofrecida y, a su vez, aprender a aceptar lo incómodo como inevitable e inherente a la vida.

Libro de Huxley recomendado: "Un mundo feliz".
I
II
III


Orwelliano:

El adjetivo fue acuñado en honor a la obra de George Orwell (1903-1950) y su significado esboza la siguiente idea:

Las personas viven con la sensación de estar siendo siempre vigilados, tanto por las autoridades como por sus vecinos, amigos y familiares. El lenguaje no se usa para describir la realidad, sino para disfrazarla o distorsionarla con eufemismos, slogans y jergas "políticamente correctas". Se fomenta que la población general mantenga un lenguaje pobre, vago e impreciso, para limitar su capacidad de pensar con coherencia y claridad. Ideas centrales: el autoritarismo, el enemigo omnipresente, la propaganda, el lavado de cerebro, la distorsión de los hechos y la necesidad de un enemigo para asustar al rebaño.

Un camino para resistir a este escenario es el escepticismo y un uso articulado y preciso del lenguaje para no dejarse confundir o manipular por discursos ambiguos, así como no dar por sentada la veracidad de las "versiones oficiales" de la realidad.

Big Brother
is
watching you.

Libro de Orwell recomendado: "1984".

Seré breve: Ninguno de esos tres escenarios tiene que ser combatido con rebeldía y violencia necesariamente. Es posible que, individualmente, resistamos con decisiones en el día a día orientadas al crecimiento personal, pero hay que pensar.


Pequeño y discreto agregado publicitario (¿por qué no?): El libro de mi autoría "Morir feliz en el intento" toca estos temas, particularmente en el cuento "La anomalía".

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