domingo, 8 de noviembre de 2015

Una serie para pensar y sentir: El existencialismo en Rick y Morty

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería si Jean Paul Sartre hubiese escrito el guión de una serie en la que los protagonistas de “Volver al Futuro” luchan por sobrevivir psicológicamente en una versión realista del universo de “Futurama”? Si eres como yo, probablemente no. Afortunadamente, hay quienes se han dado, no solo el tiempo para hacerse la pregunta, sino también para responderla.

En el año 2005, Justin Roiland creó la serie llamada “The real animated adventures of Doc and Mharti”. El show no era más que una parodia de las películas de “Volver al Futuro” y, originalmente, no tenía mayor propósito que ser una simple burla.

"You gotta lick my balls, Mharti!"
Años después, Roiland fue convocado por Dan Harmon para participar en el desarrollo de una serie animada original que se transmitiría por Adult Swim. Roiland, entonces, tuvo la idea de reciclar a los personajes de su antigua parodia y usarlos para protagonizar el nuevo trabajo. El resultado, transmitido por primera vez en 2013, fue la serie de televisión “Rick y Morty” (clara referencia a Doc y Marty).

Es posible que gran parte del éxito del show no se deba a su comedia o a la calidad de la animación, sino, de hecho a la profundidad de las ideas y los temas con los que, inevitablemente, el espectador es confrontado. A simple vista el show parece relatar las aventuras de Rick, un científico, y Morty, su nieto de 14 años, a lo largo de viajes espaciales e interdimensionales. No obstante, un vistazo más profundo a la psicología de los personajes revela un contenido de mayor complejidad.

Rick es un viajero interdimensional que ha visto lo peor del universo y, como consecuencia, ha quedado emocionalmente endurecido.


En sus viajes a realidades alternas se ha visto a sí mismo y a todos sus seres amados florecer y ser destruidos una cantidad indeterminada de veces. Ha asistido a su propio funeral y ha tenido que asesinar, incontables veces, a sus propios amigos y familiares. Se sugiere, además, que ha abandonado, más de una vez, realidades enteras para empezar de cero en otras y repetir el ciclo. Sus aventuras le han enseñado sobre la futilidad de la vida y falta de sentido intrínseco de la existencia. Como consecuencia, ha desarrollado un mecanismo de defensa llamado "aislamiento del afecto", descrito por McWilliams (2011) como una eliminación del significado emocional de las experiencias.


Rick posee un conocimiento privilegiado sobre los secretos del universo y la existencia que, lejos de llevarlo a una sabiduría trascendental, lo sumergen en un profundo nihilismo.

Si realmente no existe un Dios y si efectivamente, como Sarte (1946) planteaba, la existencia carece de sentido intrínseco sin importar cuánto luchemos contra nosotros mismos para convencernos de lo contrario, entonces este show desarrolla hasta el límite todas las implicancias del horror de esos vacíos existenciales en la psique humana. La serie explora temas como la banalidad de lo humano, la fragilidad de la vida, el sinsentido y la ambigüedad moral.


Rick aprendió a lidiar con el contexto descrito líneas arriba, desapegándose emocionalmente de la realidad y dedicándose a la bebida. En la evolución del personaje, no obstante, observamos como el amor por sus nietos le devuelve, por momentos, la capacidad de sentir y le otorga un propósito como mentor y protector.


Personajes secundarios como Jerry y Beth (padres de Morty) juegan un rol complementario, ya que le agregan un mayor contenido humano al contexto descrito. La pareja encarna algunos de los aspectos psicológicos presentes en las relaciones tormentosas. Su historia nos ofrece herramientas para reflexionar sobre distintas dinámicas de carácter patológico que pueden construirse entre dos personas que mantienen una relación, no para compartir su felicidad, sino para escapar de sus propios demonios. Los personajes mantienen una codependencia que evoca lo peor de cada uno, pero con la ganancia secundaria de mantener a sus peores tormentos en niveles tolerables. La relación de estos personajes es analizada con mayor detalle en el episodio 7 de la segunda temporada.


Es tal la densidad psicológica de los temas de la serie, que posiblemente el formato ideal para su desarrollo sea el de una comedia y no un drama ya que, en palabras de Frankl (1946) “en la existencia humana, el humor puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque no sea más que por unos segundos”.

Observemos un momento la siguiente imagen:


En ella podemos encontrar a Rick habituado a los horrores del universo (aunque con ayuda de la bebida) y a Morty siendo traumado por estos mientras debe enfrentárseles a la fuerza. A su vez podemos percibir a Beth presionando a su esposo a "ser un hombre" y encargarse mientras él se paraliza por el miedo. Notaremos, también, a Summer (hermana de Morty) como observadora silenciosa de esta dinámica.

Finalmente, pese a que la historia está ambientada en un universo de ciencia ficción, notamos que presenta problemáticas muy similares a las de nuestro propio universo: la mediocridad, la vida desperdiciada, desigualdad social, autoritarismo, guerra, asesinatos, abuso sexual, etc. En muchos episodios podremos notar que ciertos planetas o dimensiones representan distintos abordajes a nuestros propios problemas sociales. Por ello resulta posible identificarse con Morty, quien como consecuencia de los viajes interdimensionales en compañía de su abuelo (posible metáfora de salir a descubrir el mundo tal y como es), va perdiendo su inocencia e idealismo y, progresivamente, se aproxima al desapego emocional y relativismo moral con el que, muchos, también debemos aprender a lidiar.

Es por las razones presentadas que el show “Rick y Morty” puede ser entendido como más que una simple comedia de ciencia ficción para adultos. Que el formato caricaturesco de la obra no genere confusión: es una obra de arte existencialista que ambienta sus reflexiones en un universo de ciencia ficción hostil e incierto. Un universo más parecido al nuestro de lo que, tal vez, nos gustaría aceptar. Vean la serie.

Referencias:

Frankl, V. (1991) [1946]. El hombre en busca de sentido. Editorial Herder: Barcelona.

McWilliams, N. (2011). Psychoanalytic Diagnosis, Second Edition: Understanding Personality Structure in the Clinical Process. The Guilford Press: New York.

Sartre, J. (2007) [1946]. El existencialismo es un humanismo. EDHASA: Barcelona.

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