La Biblioteca de Babel fue descrita por Jorge Luis Borges en su cuento de 1941 del mismo nombre de la siguiente manera:
"El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas".
Lo más interesante, no obstante, es el contenido de esa biblioteca:
"sus anaqueles registran todas las posibles combinaciones de los veintitantos símbolos ortográficos (número, aunque vastísimo, no infinito) o sea todo lo que es dable expresar: en todos los idiomas. Todo: la historia minuciosa del porvenir, las autobiografías de los arcángeles, el catálogo fiel de la Biblioteca, miles y miles de catálogos falsos, la demostración de la falacia de esos catálogos, la demostración de la falacia del catálogo verdadero, el evangelio gnóstico de Basílides, el comentario de ese evangelio, el comentario del comentario de ese evangelio, la relación verídica de tu muerte..."
La biblioteca existe. No físicamente, sino en formato digital. Johnatan Basile, escritor, programador y filósofo, diseñó una página web que, mediante un algoritmo (definido como conjunto de pasos finitos que lleva a una solución) recrea las condiciones descritas por Borges:
"A cada uno de los muros de cada hexágono corresponden cinco anaqueles; cada
anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas
diez páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón, de unas ochenta letras de
color negro. También hay letras en el dorso de cada libro; esas letras no indican o
prefiguran lo que dirán las páginas".
Funciona de la siguiente manera:
Paso 1: Seleccionas el nombre (o código) del hexágono a visitar.
Paso 1 |
Paso 2: Escoges la pared del hexágono que deseas revisar.
Paso 2 |
Paso 3: Escoges el anaquel de esa pared que desees revisar.
Paso 3 |
Paso 4: Seleccionas el tomo.
Paso 4 |
Paso 5: Escoges la página.
Paso 5. Trio. Sip. |
Esa sería la manera "tradicional" de buscar un tomo. La tarea de encontrar siquiera un libro con una sola oración en un idioma que uno entienda es colosal. Al respecto Borges escribió:
"Miles de codiciosos abandonaron el dulce hexágono natal y se lanzaron escaleras arriba, urgidos por el vano propósito de encontrar su Vindicación. Esos peregrinos disputaban en los
corredores estrechos, proferían oscuras maldiciones, se estrangulaban en las escaleras
divinas, arrojaban los libros engañosos al fondo de los túneles, morían despeñados por los
hombres de regiones remotas. Otros se enloquecieron... Las Vindicaciones existen (yo he
visto dos que se refieren a personas del porvenir, a personas acaso no imaginarias) pero
los buscadores no recordaban que la posibilidad de que un hombre encuentre la suya, o
alguna pérfida variación de la suya, es computable en cero".
Sin embargo, el formato digital ofrece una ventaja que hubiese sido la gloria para los personajes de Borges que peregrinaban (casi siempre en vano) por años en la biblioteca buscando el tomo "Vindicador" ("libros de apología y de profecía, que para siempre vindicaban los actos de
cada hombre del universo y guardaban arcanos prodigiosos para su porvenir"). La página web elimina la necesidad de revisar los volúmenes uno por uno y permite utilizar un buscador para encontrar directamente la ubicación del texto que tú desees.
No es que el texto que uno teclea genera o crea el tomo y, luego, te lleva a él. El tomo ya existe y su ubicación en la biblioteca es y será siempre la misma. Puedes regresar cuando quieras y puede que ni siquiera seas el primero en haber revisado ese tomo.
Además de tener, como es lógico, billones (por decir) de tomos escritos con palabras y oraciones sin sentido aparente (ej: frfejkl ddssd), tiene también todos los libros alguna vez escritos y por escribirse, pero para encontrarlos tienes que pensarlos tú primero (o al menos parte de ellos) para tipear un fragmento en el buscador o toparte con ellos aleatoriamente seleccionando un tomo al azar (como lo harían los personajes de Borges). Las probabilidades de que eso último suceda son ínfimas, pero mayores a cero. Podría pasar.
Puedes extraer fragmentos de posible arte y conocimiento del pasado (¡y del futuro!) yendo a cualquier tomo y copiando un pedazo cualquiera del texto en Word para analizarlo luego (el tesoro podría estar en cualquier idioma y con ligeros errores ortográficos o gramaticales). Borges lo expresó de la siguiente manera: "No puedo combinar unos caracteres dhcmrlchtdj que la divina Biblioteca no haya previsto y que en alguna de sus lenguas secretas no encierren un terrible sentido".
Es más, así los símbolos no tengan un significado obvio aparente, pueden estimular la creatividad del que asocie ciertos grafemas y sílabas a ciertos significados de carácter personal o cultural. ¡Básicamente es lo mejor que te ha pasado si eres fanático de los libros!
Aquí un ejemplo de texto tomado al azar de la página 79 del Volumen 2 del Anaquel 4 en la Pared 2 del Hexágono cuyo código adjunto en la imagen I.
"horeographically dipeptide apotheosising dogmatisers vacation dataries backwarda tions ciliations canzoni bullring polyurethans leprotic decanter nonnitrogenous limitative twelvefold dilettanteism formers pily hoatzin failingly brahmas stupidly propagandizer."
Pensemos, como jugando. Tomemos un fragmento cualquiera y otorguémosle un significado (como , a fin de cuentas, siempre hacemos con todo lo que leemos).
"apotheosising dogmatisers vacation dataries backwarda".
...
apotheóticos dogmatizadores vacación datos hacia atrás.
...
"Dogmáticos apoteósicos descansan de la información del pasado".
Ahí tienes. Si esa oración cualquiera te dice algo, describe de manera críptica algún evento de tu vida o ayuda a que se te ocurra una nueva idea, ya te nutriste de esta biblioteca.
Nota adicional: La oración que acabo de exprimirle a mi mente estuvo escrita desde antes en la Página 214 del Volumen 29 en el Anaquel 4 de la Pared 2 del Hexágono con el código en la imagen II.
Miren esto: En la Página 246 del Volumen 25 del Anaquel 3 en la Pared 3 del Hexágono con el código adjunto en la imagen III, está escrita la introducción a uno de mis cuentos en Morir Feliz en el Intento. Las probabilidades de que alguien más encuentre esa página específica de ese tomo por azar tienden a cero, pero ahí está el texto para que lo lea quien lo encuentre.
Ciertamente opaca la línea que separa el invento del descubrimiento, ¿no les parece? Click aquí para visitarla.
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